DE «TUS ZONAS ERRONEAS» (Ultimo capitulo))

RETRATO DE UNA PERSONA QUE HA ELIMINADO TODAS LAS ZONAS ERRÓNEAS

Es posible que una persona liberada de zonas erróneas nos parezca un personaje de ficción, pero la liberación de los comportamientos autodestructivos no es un concepto mitológico; más bien se trata de una posibilidad real. La posibilidad de funcionar plenamente está a tu alcance y una completa salud mental en el momento presente puede ser una opción. Este último capítulo está dedicado a describir cómo funciona la gente libre de zonas erróneas de comportamiento y pensamiento. Verás el desarrollo de un individuo distinto a la mayor parte de la gente y que se distingue por su hábil capacidad de estar creativamente vivo en todo momento.

Las personas libres de zonas erróneas son muy distintas a la gente común y corriente. Y aunque su aspecto es como el del normal de la gente, ellos tienen unas cualidades muy particulares que en ningún caso son raciales, socioeconómicas o sexuales. No encajan fácilmente en ningún rol, trabajo específico, moldes geográficos, niveles educativos o estadísticas económicas. Tienen una cualidad diferente, pero la diferencia no
es fácil de discernir por medio de los factores externos tradicionales con los que generalmente clasificamos a la gente. Pueden ser ricos o pobres, hombres o mujeres, blancos o negros, vivir en cualquier parte y hacer casi cualquier cosa. Son un grupo de gente muy variada que sin embargo tienen un factor en común: estar libres de zonas erróneas. ¿Cómo darte cuenta de cuando te encuentras con alguien así? ¡Obsérvalos! ¡Escúchalos!
Esto es lo que descubrirás:
En primer lugar, y esto será lo más evidente, verás que es gente que disfruta de virtualmente todo lo que les brinda la vida; gente que se siente cómoda haciendo cualquier cosa y que no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra manera. Sienten entusiasmo por la vida y quieren todo lo que pueden sacar de ella. Les gusta salir de excursión, ir al cine, leer, practicar deportes, asistir a conciertos, visitar ciudades, granjas, contemplar animales, montañas y realmente casi todo. Les gusta la vida. Cuando estás cerca de gente así, notarás la ausencia de lamentos e inclusive de suspiros pasivos. Si llueve, les gusta. Si hace calor lo disfrutan en vez de quejarse. Si se encuentran en medio de una congestión de tráfico, o en una fiesta, o completamente solos, sencillamente actúan de la mejor manera posible. No se trata de disfrutar de todo lo que sucede, sino de una sabia aceptación de lo que es, de una rara habilidad para deleitarse con la realidad. Pregúntales lo que no les gusta y les costará darte una respuesta honesta. No actúan con la sensatez
que significaría protegerse de la lluvia cobijándose bajo techo, porque la lluvia les parece hermosa, estimulante y algo que vale la pena experimentar. Les gusta. El fango no los enfurece: lo observan, chapotean en él y lo aceptan como parte de lo que significa estar vivo. Les gustan los gatos? Sí. Los osos? Sí. Los gusanos? Sí. Y aunque las molestias como enfermedades, sequías, mosquitos, inundaciones y otras calamidades no les producen placer ni las aceptan con entusiasmo, es gente que no gasta sus momentos presentes quejándose por ellas o deseando que no fueran así. Si hay que destruir ciertas situaciones, ellos tratarán de destruirlas. Y disfrutarán haciéndolo. Por más que trates, te costará descubrir algo que no les guste hacer. Realmente aman
la vida y realmente se sumergen en ella disfrutando de todo lo que les brinda.

La gente sana y realizada está libre del sentimiento de culpa y de toda la ansiedad que se produce cuando se usan los momentos presentes inmovilizándose por hechos que sucedieron en el pasado. Ciertamente pueden reconocer que han cometido errores y pueden prometerse que evitarán repetir ciertos comportamientos que resultaron contraproducentes de alguna manera, pero no malgastan su tiempo arrepintiéndose por algo que hicieron y que desearían no haber hecho, o molestos porque les disgusta algo que hicieron en algún momento de su vida pasada. La total carencia de culpa es una de las características de las personas sanas.
Nada de lamentos por lo que pasó y nada de esfuerzos por lograr que otros escojan la culpa haciendo preguntas tan vanas como «¿Por qué no lo hiciste de otra manera?, o «¿No te avergüenzas de ti mismo?» Dan la impresión de que saben reconocer que la vida ya vivida es eso, y que por más mal que uno se sienta al respecto, nada podrá hacer para cambiar lo que pasó. Ellos mismos se sienten libres de culpa sin ningún esfuerzo: porque es natural, nunca ayudan a los demás a escoger la culpa. Se dan cuenta que sentirse mal en el momento presente sólo refuerza la pobre imagen de sí misma que puede tener una persona y que es mucho mejor aprender del pasado que protestar por el pasado. No los verás nunca manipulando a los demás diciéndoles lo malos que han sido, ni tampoco podrás manipularlos tú con las mismas tácticas. Ellos no se enfadaran contigo, simplemente no te harán caso, te ignorarán. En vez de molestarse contigo, preferirán irse o cambiar de tema. Las estrategias que funcionan tan bien con la mayor parte de la gente fallan ompletamente
con estos seres tan sanos. En vez de hacerse desgraciados a sí mismos o a los demás con sentimientos de culpabilidad, tranquilamente, sin mayor ceremonia dejan de lado la culpa cuando la encuentran en su camino.

Igualmente la gente libre de zonas erróneas no se atormenta con preocupaciones. Algunas circunstancias que a otras personas podrían llegar a enloquecerlas apenas si afectan a estos individuos. No son ni
planificadores del futuro ni ahorradores para el futuro. Rehúsan preocuparse por lo que pasará en el futuro y se mantienen libres de la ansiedad que acompaña a las preocupaciones. No saben preocuparse. No es parte de su manera de ser. No es que necesariamente estén todo el tiempo calmados pero no están dispuestos a pasar
sus momentos presentes sufriendo por cosas que pueden suceder en el futuro y sobre las que no tienen ningún control. Están orientados principalmente hacia sus momentos presentes, y tienen una señal interna que parece recordarles que todas las preocupaciones deben suceder en el momento presente, y que ésa es una manera muy tonta de vivir su actualidad. Esta gente vive ahora en el presente y no en el pasado o en el futuro. No se
sienten amenazados por lo desconocido y buscan nuevas experiencias que nos les son familiares. Les encanta la ambigüedad. Disfrutan del ahora en todas las ocasiones convencidos de que es todo lo que tienen. No hacen proyectos para un acontecimiento futuro dejando que pasen largos períodos de inactividad mientras esperan
este acontecimiento. Los momentos que se viven entre los acontecimientos son tan vivibles como los acontecimientos mismos, y estas personas tienen una rara habilidad para sacar todo el goce posible de sus vidas diarias. No son «postergadores» ni de los que ahorran por si vienen tiempos malos ¡y aunque nuestra cultura no apruebe su comportamiento, no se sienten amenazados por reproches que provengan de sí mismos!
Aprecian y disfrutan ahora de su felicidad y cuando el futuro llegue y se convierta en presente lo aprecian y disfrutan también. Estos individuos gozan siempre porque sencillamente se dan cuenta de lo absurdo que es esperar para disfrutar. Es una manera muy natural de vivir la vida, un poco como un animal o un niño. Están demasiado ocupados en realizar plenamente el momento presente mientras que la mayoría de la gente vive esperando las retribuciones sin ser capaces jamás de cogerlas cuando se les presentan. Esta gente tan sana es notablemente independiente. Es gente que se encuentra fuera del nido, y aunque puede sentir gran amor por su familia y estar muy ligados a ella, piensan que la independencia es más importante que la dependencia en todas las relaciones humanas. Saben apreciar muy bien su propia independencia, el no depender de lo que puedan hacer los demás. Sus relaciones humanas se basan en el respeto mutuo al derecho que tiene el
individuo a tomar sus propias decisiones. El amor de esta gente no lleva implícita la imposición de los valores propios en el ser amado. Dan gran importancia a la intimidad del ser humano; lo que puede hacer que los demás se sientan rechazados. Les gusta estar solos a veces, y se preocupan mucho de proteger su intimidad.
No se comprometen sentimentalmente con mucha gente. Son selectivos en lo que respecta al amor, pero son también profundamente afectuosos. A las personas dependientes y no sanas les cuesta amar a seres así porque éstos son muy intransigentes en lo que respecta a su libertad individual. Si alguien los necesita, rechazan esta necesidad por encontrar que es perjudicial para la otra persona tanto como para ellos mismos.
Quieren que las personas que ellos aman sean independientes, que hagan sus propias elecciones y que vivan sus vidas por sí mismos. Y a pesar de que pueden disfrutar de los demás y desear estar en su compañía,
quieren mas aún que los demás se las puedan arreglar sin muletas y sin apoyos. Así pues, el momento en que empieces a apoyarte en esta gente, te darás cuenta que ellos por su lado empiezan a desaparecer primero emocionalmente y luego físicamente también. Rehúsan depender de la gente y que dependan de ellos en una relación afectuosa e interesada, pero alientan su confianza en sí mismos casi desde el principio ofreciéndoles
mucho amor en todas las oportunidades que se presentan.
Encontraras muy poca búsqueda de aprobación entre estos individuos felices y realizados. Son capaces de funcionar sin la aprobación y el aplauso de los demás. No buscan honores como hace la mayoría de la gente.
Son muy independientes de la opinión de los demás. No buscan honores como hace la mayoría de la gente.
Son muy independientes de la opinión de los demás, sin importarles prácticamente nada si a la otra persona le
gusta lo que ellos dicen o hacen. No tratan de escandalizar a nadie ni de ganar su aprobación. Es gente que está interiormente dirigida y a la que realmente no le preocupa ni interesa la evaluación de su comportamiento que hace la demás gente. No es que sean insensibles al aplausos o a la aprobación: parecen no necesitarlos.
Pueden ser incluso bruscos porque son honrados y no envuelven sus mensajes con frases cuidadosamente pensadas para complacer a los demás. Si quieres saber lo que piensan, eso será exactamente lo que te dirán.
Igualmente, cuando tú digas algo sobre ellos, no los destruirás ni inmovilizarás con tus palabras y opiniones.
Usarán la información que les das, la filtrarán por medio de sus propios valores y usarán lo que les sirve en su propio beneficio y crecimiento. No necesitan ser amados por todo el mundo, ni tienen excesiva necesidad de aprobación. Reconocen que siempre habrá quien desapruebe lo que hacen. Son seres poco comunes en el sentido que son capaces de funcionar como ellos mismos, y no como dictamina un tercero. Cuando observas a
estos individuos, notas una falta de enculturación. No son rebeldes, pero hacen sus propias elecciones aunque esas elecciones entren en conflicto con lo que hace toda la demás gente. Son capaces de pasar por alto las pequeñas normas sin importancia e ignorar tranquilamente los inútiles convencionalismos que son parte tan importante de la vida de mucha gente. NO son aficionados a asistir a «cocktail parties» ni hacen conversación
porque la buena educación lo aconseja. Son dueños de sí mismos y aunque consideran que la vida social es parte importante de sus vidas se niegan a dejar que esta los gobierne o a convertirse en esclavos de la misma.
No atacan con rebeldía pero internamente saben cuándo pasar por alto ciertas cosas y funcionan con la mente clara y en forma sensata.

Están demasiado ocupados siendo para fijarse en lo que hacen sus vecinos.

Saben reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las situaciones y se pueden reír de los acontecimientos más absurdos lo mismo que de los más serios y solemnes. Les encanta ayudar a los demás a reírse y les resulta fácil crear buen humor. No es gente seria ni grave que camina por la vida con pasos de plomo y rostro severo. Más bien, son hacedores, gente activa, a los que a menudo se les reprocha ser frívolos en el momento inoportuno. No están a tono con los acontecimientos exteriores porqué saben muy bien que no existe realmente el momento justo para hacer cualquier cosa. Les encantan las cosas desproporcionadas e incongruentes, pero su humor no tiene hostilidad. jamás usan el ridículo para hacer reír. No se ríen de la
gente, se ríen con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como un gran divertimento, aunque toman muy en serio su proyectos. Cuando se echan para atrás y contemplan la vida, saben muy bien que no se dirigen a ningún sitio especial y que son capaces de disfrutar y de crear una atmósfera en la cual los demás pueden optar por el gozo. Son gente divertida que vale la pena tener cerca.

Son gente que se acepta a sí misma sin quejas. Saben que son seres humanos y que serlo implica ciertos atributos humanos. Saben cuál es su aspecto físico y lo aceptan. SI son altos, perfecto, pero si son bajos también. La calvicie está muy bien, lo mismo que una frondosa cabellera.
Pueden soportar el sudor. No falsean su aspecto físico. Se han aceptado a sí mismos y por ello son la gente más natural. Nada de esconderse detrás de artificios ni de disculparse por lo que son. NO saben ofenderse por nada que sea humano. Se quieren a sí mismos y aceptan todo lo que está en la naturaleza tal como es en vez de desear que fuera diferente. Jamás se quejan de cosas que no pueden cambiar como olas de calor,
tormentas eléctricas o el agua fría. Se aceptan a sí mismos y al mundo tal como es.
Sin pretensiones, sin lamentaciones, con una aceptación simple. Aunque los frecuentes durante muchos años,
no los oirás rebajándose a sí mismos o deseando sutilmente algo imposible. Verás actuar a gente activa, a los
hacedores. Verás como toman el mundo natural y disfruta de todo lo que este le ofrece.
Aprecian el mundo natural. Les encanta estar al aire libre disfrutando de la naturaleza, recorriendo
gozosamente todo lo que aún está intacto, que es original y aún no ha sido estropeado. Le encantan las
montañas, los atardeceres, los ríos, las flotes, los árboles, los animales y virt ualmente toda la flora y la fauna.
Como personas son naturalistas, nada pretenciosos ni ceremoniosos y les encanta la naturalidad del universo.
No andan ocupados buscando bares, tabernas, clubs nocturnos, fiestas convencionales, habitaciones llenas de
humo y cosas por el estilo, aunque ciertamente son muy capaces de disfrutar plenamente con este tipo de
actividades. Están en paz con la naturaleza, el mundo de Dios, si quieres, aunque son muy capaces de
funcionar en un mundo hecho por la mano del hombre. Son también capaces de apreciar lo que ya no tiene
interés para otros. Jamás se cansan de un atardecer o de una excursión por el bosque. La visión de un pájaro
volando es siempre un espectáculo admirable. Igual que no se cansan de mirar a un gusano ni tampoco a una
gata que da a luz a sus gatitos. Una y otra vez, nunca se cansan de apreciar espontáneamente lo que la vida
les va brindando. Algunas personas encuentran que esta es una actitud muy artificial pero ellos no se dan
cuenta de lo que piensan los demás. Están demasiado ocupados en asombrarse por la amplitud de
posibilidades que les brinda la vida para realizarse plenamente en el momento presente.
Tienen una percepción muy especial en lo que respecta a la conducta de los demás y lo que a otros les
puede parecer complejo e indescifrable, para ellos es claro y comprensible. Los problemas que inmovilizar a
tanta gente son a menudo sólo pequeñas molestias para ellos. Esta falta de compromiso emocional con los
problemas les permite franquear barreras que para muchos son infranqueables. Tienen percepciones claras en
lo que a ellos mismos respecta y reconocen inmediatamente lo que los demás están tratando de hacerles.
Pueden alzarse de hombros y pasar por alto cosas por las que otros se enfadan y quedan inmovilizados. Y
ciertas cosas que pueden confundir a mucha gente que las encuentra insolubles, a ellos no los amilanan y más
bien las consideran como simples y de fácil resolución. No están monopolizados por los problemas de su
mundo emocional. Para esta gente, un problema es realmente sólo un obstáculo que hay que vencer y no un
reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas. Su autovaloración está ubicada dentro de sí mismos,
por lo que cualquier problema externo puede ser visto objetivamente, y no, en ningún caso, como una amenaza
o un desafío a su propia valía. Éste es uno de los rasgos de su personalidad más difíciles de comprender, ya
que la mayoría de la gente se siente amenazada por los acontecimientos externos, por las ideas o por la
demás gente. Pero los seres independientes y sanos no saben cómo sentirse amenazados y esta característica
hace que sean ellos los que parezcan amenazadores a los demás.
Nunca pelean inútilmente. No son partidarios del autobombo para atraer la atención sobre sí mismos. Si la
lucha puede provocar un cambio, entonces lucharán pero jamás lucharán inútilmente. No son mártires. Son
hacedores.
Son también gente que ayuda a los demás. Generalmente trabajan en cosas que le hacen la vida más
agradable o más tolerable a los demás. Son guerreros en la vanguardia del cambio social, pero no llevan sus
luchas consigo a la cama por las noches como caldo de cultivo de úlceras, enfermedades del corazón u otros
desórdenes físicos. Son incapaces de estereotipar. A menudo ni se dan cuenta de las diferencias físicas de la
gente incluyendo las raciales, étnicas, morfológicas o sexuales. No son gente superficial que juzga a los demás
por su aspecto exterior. Y aunque puedan parecer egoístas y preocupados sólo de su propio placer, en realidad
pasan gran parte de su tiempo dedicados a servir a los demás. ¿Por qué? Porque les gusta hacerlo.

No son gente enfermiza. No creen en la inmovilidad que producen los resfriados y los dolores de cabeza.
Creen en su propia capacidad para deshacerse de esas enfermedades y no andan contándole a los demás lo
mal que se sienten, lo cansados que están o qué enfermedades infectan su cuerpo en la actualidad.
Tratan bien a sus cuerpos. Se quieren a sí mismos y en consecuencia comen bien, hacen regularmente
ejercicio (como sistema de vida) y rehúsan experimentar el tipo de malestares que inutilizan a mucha gente
durante diversos períodos de tiempo. Les gusta vivir bien, y así lo hacen.


Otra característica de estos individuos en pleno funcionamiento es la honestidad. Sus respuestas no son
evasivas ni pretenden mentir respecto a ninguna cosa. Consideran que la mentira es una distorsión de su
propia realidad y rehúsan participar en cualquier tipo de comportamiento que sirva para engañarse a sí
mismos. Y aunque son personas discretas evitarán tener que distorsionar la verdad para proteger a la gente.
Saben que están a cargo de su propio mundo y e otros también lo están. Así se comportan de una forma que a
menudo otros pueden considerar cruel, pero en realidad lo que ellos hacen es simplemente dejar que los otros
tomen sus propias decisiones. Se enfrentan eficientemente con lo que es, en vez de lo que ellos quisieran que
fuera.
Esta gente no culpa a los demás. La orientación de su personalidad es interna y rehúsan responsabilizar a
los demás por lo que ellos son. Por lo mismo, no pierden mucho tiempo hablando de los demás, ni están
obsesionados por lo que los otros hacen o dejan de hacer. No hablan de la gente ¡hablan con ella! No
culpabilizan a los demás; ayudan a los demás y a sí mismos a poner la responsabilidad donde corresponde. No
se meten en habladurías ni propagan informaciones tendenciosas y malvadas. Están tan ocupados en vivir su
propia vida con eficiencia que no tienen tiempo de ocuparse de las pequeñeces que saturan la vida de mucha
gente. Los hacedores hacen. Los críticos culpan y se quejan. Estos individuos no se preocupan mucho por el
orden, la organización o los sistemas en sus vidas. Practican su autodisciplina pero no tienen necesidad de
que las cosas y la gente encajen en sus propias percepciones de lo que deben de ser las cosas. No están
llenos de «debes» respecto a la conducta de los demás. Creen que todos tienen derecho a sus elecciones y que
esas pequeñeces que enloquecen a otra gente son simplemente el resultado de la decisión de otra persona.
No creen que el mundo debe ser de alguna manera especial. No se preocupan mayormente por el orden y la
limpieza. Existen de una manera funcional y si todo no es tal cual ellos quisieran, encuentran que eso también
es correcto. Para esta gente, la organización es simplemente una manera útil de actuar y no un fin en sí misma.
Y justamente por esta falta de neurosis organizativa es por lo que son creativos. Emprenden cualquier cosa a
su manera única y particular, ya sea el hacer un plato de sopa, escribir un informe o cortar el césped. Aplican
su imaginación a sus actos y el resultado es una manera creativa de hacer las cosas. No sienten la obligación
de hacer las cosas de cierta manera. No consultan manuales ni hablan con expertos: simplemente atacan el
problema de la manera que les parece más apropiada. Esto se llama creatividad; y sin excepciones, ellos la
tienen.
Es gente con niveles de energía especialmente altos. Parecen necesitar menos sueño y sin embargo se
sienten estimulados por la vida. Viven y son sanos. Pueden hacer acopio de tremendas rachas de energía para
completar una tarea porque escogen comprometerse en ella considerándola como una actividad estimulante
que los realiza en el momento presente. Esta energía no es sobrenatural: es simplemente el resultado de su
amor a la vida y a todas las actividades que ella brinda. No saben aburrirse. Todos los acontecimientos de la
vida ofrecen oportunidades de hacer, pensar, sentir y vi vir, y ellos saben aplicar su energía en casi todas las
circunstancias. Si se los encarcelara, emplearían sus mentes en divagaciones creativas para evitar la parálisis
de la falta de interés. No hay aburrimiento en sus vidas porque ellos canalizan la misma energía que tienen
otros de maneras productivas para ellos mismos.
Son agresivamente curiosos. Nunca saben lo suficiente. Buscan siempre más y quieren aprender cada uno
y todos los momentos presentes de sus vidas. No les preocupa hacerlo bien o haberlo hecho mal. Si algo no
resulta, o no logra grandes beneficios, entonces se descarta en vez de lamentarlo. Son buscadores de la
verdad en el sentido de aprender cosas, siempre estimulados por la posibilidad de aprender más y sin llegar a
creer jamás que ya son un producto terminado. Si están con un barbero se interesan por los problemas de ese
oficio. No se sienten nunca superiores ni actúan como si lo fueran, alardeando de sus méritos para que otros
los aplaudan. Aprenden de los niños, de los corredores de bolsa y de los animales. Quieren saber más sobre lo
que significa ser un herrero o un cocinero, una fulana o el vicepresidente de una corporación. Son estudiantes
que aprenden, no profesores que enseñan. Nunca tienen los conocimientos suficientes y no saben comportarse
como snobs ni sentirse superiores puesto que nunca se sienten así. Cada persona, cada objeto, cada
acontecimiento representa una oportunidad para saber más. Y son agresivos en sus actitudes respecto a sus
intereses, sin esperar que la información les salga al paso sino que van tras ella. No tienen miedo de hablar
con una camarera, o preguntarle al dentista qué se siente cuando uno tiene las manos en la boca de la gente
todo el día, o preguntarle a un poeta el significado de tal o cual frase.
No tienen miedo al fracaso. No equiparan el éxito en una empresa con el éxito como ser humano. Puesto
que su autovaloración les viene del interior, pueden observar los acontecimientos externos objetivamente y
pensar sencillamente que son eficientes y positivos o ineficientes y negativos. Saben que el fracaso es sólo un
índice de la opinión de otra gente y no hay que tenerle miedo puesto que no puede afectar su autovaloración.
Así, se atreven a probar cualquier cosa, a participar en las cosas simplemente porque es divertido y no tienen
miedo a tener que explicarse a sí mismos. Igualmente nunca escogen la ira que inmoviliza. Usando la misma
lógica (sin tener que repensarla cada vez puesto que se ha convertido en un modo de vida), no se dicen a sí
mismos que la otra gente se debería comportar de una manera distinta a la habitual o que los hechos deberían
ser diferentes. Aceptan a los demás como son y trabajan para cambiar los hechos que les desagradan. Así, la
ira es imposible porque no existen las falsas o exageradas pretensiones. Esta gente es capaz de eliminar las
emociones que de alguna manera son autodestructivas y de alentar las que les sirven para crecer.


Estos felices mortales no son nada defensivos. No hacen jugarretas ni tratan de impresionar a los demás. No
se visten para agradar a los demás y lograr su aprobación, ni tampoco cumplen con el ritual de explicarse a sí
mismos. Actúan con gran sencillez y naturalidad y no se dejan seducir para hacer alharacas sobre cosas
pequeñas o grandes. No son tercos discutidores: ellos expresan simplemente sus puntos de vista, escuchan
los de los demás y reconocen la utilidad de tratar de convencer a alguien para que sea como ellos. Y dicen
simplemente: «Eso está muy bien: somos diferentes, eso es todo. No tenemos que estar de acuerdo». Y dejan
las cosas así sin necesidad de ganar una discusión o de persuadir a su contrincante de lo equivocado de su
posición. No tienen miedo a causar una mala impresión pero tampoco hacen lo posible por causarla. Sus
valores no son valores locales. No se identifican con la familia, el vecindario, la comunidad, la ciudad, el estado
p el país. Se consideran a sí mismos como parte de la raza humana y para ellos un austríaco cesante no es
mejor ni peor que un californiano cesante. No son patrióticos respecto a una frontera especial. Más bien se ven
a sí mismos como parte de la humanidad. No sienten alegría porque hay más muertos en el campo enemigo ya
que el enemigo es tan ser humano como el aliado. No siguen las normas hechas por los hombres que
describen la manera de tomar partido. Ellos transcienden las fronteras tradicionales, lo que a menudo es motivo
para que otros los clasifiquen como rebeldes o traidores. No tienen héroes ni ídolos. Miran a toda la gente
como seres humanos y no colocan a nadie sobre sí mismos en importancia. No exigen justicia en cada
ocasión. Cuando otra persona tiene más privilegios que ellos, lo ven como un beneficio para esa persona más
que como un motivo para sentirse infelices.
Cuando juegan con un contrincante, quieren que le vaya bien en vez de desear que juegue mal para ganar.
Quieren ser victoriosos y eficientes por sus méritos en vez de ganar por las fallas de los demás. No insisten
para que todos sean igualmente dotados, sino que miran hacia dentro de sí mismos para buscar su felicidad.
No son críticos y tampoco sienten placer por las desgracias ajenas. Están demasiado ocupados siendo ellos
mismos para fijarse en lo que hacen sus vecinos. Más significativamente aún, estos individuos se aman a sí
mismos. Están motivados por un deseo de crecer y siempre que les dan la opción para hacerlo, se tratan muy
bien a sí mismos. No tienen espacio para sentir autocompasión, ni autorrechazo, ni para odiarse a sí mismos.
Si les preguntas: «¿Te quieres a ti mismo?», recibirás una respuesta muy sonora y afirmativa: «¿Por supuesto
que sí!». Son en realidad aves raras. Cada día es un deleite. Lo viven enteramente disfrutando de todos sus
momentos presentes. No es que no tengan problemas, pero no están inmovilizados emocionalmente a causa
de sus problemas. La medida de su salud mental no reside en que resbalen, sino en lo que hacen cuando
resbalan. ¿Acaso se quedan allí lamentándose de su caída? No, se levantan, se sacuden el polvo y siguen
atareados con los quehaceres de la vida. La gente que vive libre de zonas erróneas no corre tras la felicidad,
simplemente viven y la felicidad, cuando llega, es su retribución.
Esta cita de un artículo del Reader’s Digest sobre la felicidad resume la actitud conducente a una existencia
vivida positiva y eficientemente que es de lo que hemos estado hablando:

Nada hace que la felicidad sea más inalcanzable que tratar de encontrarla. El historiador Will Durant describe
cómo buscó la felicidad en el conocimiento y sólo encontró desilusiones. Luego buscó la felicidad en los viajes
y sólo encontró el cansancio; luego en el dinero y encontró discordia y preocupación. Buscó la felicidad en sus
escritos y sólo encontró fatiga. Una vez vio una mujer que esperaba en un coche muy pequeño con un niño en
sus brazos. Un hombre bajó de un tren y se acercó y besó suavemente a la mujer y luego al bebé, muy
suavemente para no despertarlo. La familia se alejó luego en el coche y dejó a Durant con el impacto que le
hizo realizar la verdadera naturaleza de la felicidad. Se tranquilizó y constató que «todas las funciones normales
de la vida encierran algún deleite».

Si usas tus momentos presentes para aumentar al máximo la plenitud de tu realización, serás una de esas
personas y no un simple observador. Es una idea maravillosa: estar libre de zonas erróneas. Puedes hacer esa
elección ahora mismo, si escoges hacerla.

FIN

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PARA SER CAPAZ DE AMAR DE VERDAD

 

Nadie puede dar lo que no tiene…

 Sólo cuando estás bien contigo mismo

Puedes estar bien con los demás

…………………….

Sólo cuando manejas tu soledad

Puedes manejar una relación.

…………………….

Necesitas Valorarte para valorar,

Quererte para querer,

Respetarte para respetar,

Y aceptarte para aceptar,

Ya que nadie puede dar

Lo que no tiene Dentro de si.

…………………….

Ninguna relación te dará la paz,

Que tu mismo no hayas creado en tu interior.

…………………….

Ninguna relación te brindará la felicidad

Que tu mismo no construyas.

…………………….

Sólo podrás ser feliz con otra persona,

Cuando seas consciente que eres feliz incluso

Cuando no está a tu lado.

…………………….

Sólo podrás amar siendo independiente,

Hasta el punto de no tener que

manipular ni manejar a los que dices querer.

…………………….

Dos personas que se unen por el deseo

De hacerse feliz la una a la otra,

Fracasaran con el tiempo…

…………………….

Dos personas que se unen con el fin

De compartir su felicidad propia,

Lograrán una felicidad duradera, y sin ser su fin,

Harán feliz a la otra.

…………………….

Para amar necesitas una humilde autosuficiencia,

Necesitas autoestima

Y la práctica de una libertad responsable.

…………………….

Pretender que la otra persona nos haga felices

Y llene todas nuestras expectativas

Es una fantasía narcisista

que sólo trae frustraciones.

…………………….

Por eso, ámate mucho, madura,

Y el día que puedas decir al otro:

“Sin ti también estoy bien”…

…ese día estarás preparado para vivir en pareja.

…………………….

 “No he venido a este mundo

A cumplir tus expectativas.

No has venido a este mundo

a cumplir mis expectativas.

Yo hago lo que hago

Tu haces lo que haces.

Yo soy yo, un ser completo aún con mis carencias.

Tu eres tú, un ser completo aún con tus carencias.

Si nos encontramos y nos aceptamos,

Si nos aceptamos y nos respetamos,

Si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias

y de celebrar juntos nuestros misterios,

podremos caminar el uno junto al otro;

ser mutua y respetuosa, sagrada y amorosa compañía

en nuestro camino.

Si eso es posible puede ser maravilloso.

Si no, no tiene remedio.”

 

Basada en la Oración Gestáltica de Fritz Perls

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FRAGMENTO DEL LIBRO «APRENDER A AMAR» DE OSHO

   El auténtico amor no es una búsqueda para combatir la soledad. El auténtico amor consiste el transformar el aislamiento en soledad, en ayudar a la otra persona. Si amas a una persona, la ayudas a estar sola. No intentas llenarla. No intentas completarla con tu presencia. La ayudas a estar sola, a estar tan llena de sí misma o de su propio ser que no te necesite.
   Cuando una persona es completamente libre, puede compartir, es el fruto de esa libertad. Entonces da mucho, pero no supone un negociación. Da mucho porque tiene mucho. Da porque disfruta dando.
   Los amantes están solos, y un verdadero amante nunca destruye tu soledad. Siempre será totalmente respetuoso con tu individualidad, con tu soledad. Es sagrada. No interferirá en ella, no intentará entrometerse en ese espacio.
   Sin embargo, normalmente, los amantes, los denominados "amantes", tienen mucho miedo a la soledad de la otra persona, a su independencia. Tienen miedo porque creen que si la otra persona es independiente, no les necesitará, se deshará de ellos. Así que la mujer no hace más que intentar controlarlo todo para que su marido o su novio siga siendo dependiente. Tiene que necesitarla siempre, para que ella siga siendo valiosa. Y el hombre no hace más que intentar lo mismo por todos los medios posibles, para que siga siendo valioso. El resultado es una transacción, no es amor, y hay luchas y peleas continuas. La lucha se establece porque todo el mundo necesita libertad.
   El amor permite la libertad; no solo la permite, sino que la refuerza. Y todo aquello que destruya la libertad no es amor. Será otra cosa. El amor y la libertad van juntos, son dos alas de un mismo pájaro. Siempre que veas que tu amor va en contra de tu libertad, debes saber que estás haciendo otra cosa en nombre del amor.
   Permite que este sea tu criterio a seguir: la libertad es el criterio; el amor te da libertad, te hace libre, te libera. Y una vez que eres totalmente libre, te sientes agradecido a la persona que te ha ayudado. Ese agradecimiento es casi religioso. Sientes que en la otra persona hay algo divino. Él te ha hecho libre, ella te ha hecho libre, y el amor no se ha convertido en posesión.
   Cuando el amor se deteriora se convierte en posesión, celos, lucha por el poder, política, dominación, manipulación; mil cosas, todas ellas horribles. Cuando el amor se eleva a las alturas, al cielo más puro, es libertad, libertad absoluta.
   Si estás enamorado con ese amor del cual estoy hablando, tu amor ayudará a la otra persona a estar integrada. Tu amor se convertirá en una fuerza cimentadora para la otra persona. A través de tu amor, la otra persona se convertirá en un todo, único e individual, porque tu amor le dará libertad. Bajo el paraguas de tu amor, bajo la protección de tu amor, la otra persona empezará a crecer.
   Todo crecimiento necesita amor, pero amor incondicional. Si el amor impone condiciones, el crecimiento no podrá ser total porque esas condiciones se interpondrán.
   Ama incondicionalmente, no pidas nada a cambio. Recibirás mucho sin necesidad de pedirlo -lo convertiras en otra cosa-, pero no seas un mendigo. En el amor sé un emperador. Solamente da y observa qué ocurre: recibirás mil veces más. Pero tienes que aprender el truco. De lo contrario seguirás siendo un avaro; darás un poco y esperarás recibir algo, y esa espera y esa expectación destruirán toda la belleza de tus actos.
   Cuando estás aguardando y esperando, la otra persona siente que eres un manipulador. Puede que lo diga o puede que no, pero siente que eres un manipulador. Y cuando uno siente que la otra persona está intentando manipularla, se rebela contra ello porque va contra la necesidad interior del alma, ya que cualquier exigencia que provenga del exterior te desintegra. Cualquier exigencia del exterior divide. Cualquier exigencia del exterior es un crimen contra ti, porque contamina tu libertad. Entonces ya no eres sagrado. Ya no eres el fin, estás siendo utilizado como un medio. Y el acto más inmoral del mundo consiste en utilizar a otra persona como un medio.
   Cada ser es un fin en sí mismo. El amor te trata como un fin en ti mismo. No tiene que arrastrarte ninguna expectación.
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FRAGMENTOS Y APORTACIONES PERSONALES SOBRE

"DESCUBRE EL SECRETO" 

 

"Hay dos días de máxima importancia en la vida de una persona:
el día en que nace y el día en que descubre por qué"
William Barclay

 

“Cuando sigues tu camino…

se abrirán puertas en la que jamás habías pensado.

Y puertas que no existan para nadie más.

Joseph Campbell.

 

Dios nos ha asignado a cada uno de nosotros

Unos “pedidos especiales”

Nuestro propósito aquí en la tierra

Es hallar esos pedidos y llevarlos a cabo.

Esos pedidos son un reconocimiento a nuestros dones especiales.

Soren Kierkegaard

 

La primera parte del test de la pasión  consiste en elaborar un listado de tus pasiones, es decir, de plasmar por escrito esas cosas que más te gustan, las que más te importan y son fundamentales para tu felicidad y bienestar ¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿En que tipo de ambiente te gusta moverte? ¿Con que tipo de personas quieres relacionarte? ¿Que te emociona y te carga las pilas? Las respuestas a estas preguntas te ofrecerán alguna pista de tu verdadero propósito.

He aquí más pistas: ¿En que destacas? ¿Qué talentos te reconocen los demás? ¿Qué haces mejor que otras personas? ¿Cuáles son tus habilidades y talentos únicos? ¿Probablemente disfrutarás haciendo aquello en lo que destacas, por que las preferencias los talentos suelen guardar una estrecha relación.

Una vez que tengas claras tus pasiones cuando en la vida te enfrentes a una elección, una decisión o una oportunidad, elige siempre en función de tus pasiones. Estás creando tu vida constantemente. Todos lo hacemos. Creamos nuestra vida a partir de las cosas a las que prestamos nuestra atención. Si prestas atención a tus carencias, a todo lo malo que te ocurre, entonces lo estas reforzando. Si por el contrario enfocas tu atención hacia tus pasiones el universo entero se alineará para ayudarte. No tienes que pensar en como conseguirlo, solo has de tener claro con la mayor nitidez posible el que quieres y prestarle atención. En la vida obtendrás aquello a lo que prestas atención. Ten claro el “qué” y el “cómo” hará su aparición. El desafío consiste en permanecer abierto, abandonar tus ideas preconcebidas sobre cómo debería ser tu vida, y aceptarla tal como es. Necesitas valor para seguir tu propio camino. Rodéate de personas que te apoyen en tus sueños. Evita pasar tiempo con personas que tratan de destruirlos.

Quizás las cosas sean mucho más sencillas de lo que te parece. Cuando lo que haces te hace sentir bien y te aporta felicidad, no dudes que te está acercando a lo que eres en esencia. Y si, por el contrario, no sientes pasión por lo que estás haciendo, te estás alejando de tu verdadero camino. Haz caso a tu intuición, se trata de una guía divina que nunca te engañará.

Cuando estás alineado con tus pasiones, el fracaso no es una opción.

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Fragmentos de “INTIMIDAD” de OSHO

 

         Si eres capaz de continuar mirando hacia tu interior, te encontraras de repente contigo mismo, te encontraras contigo mismo por primera vez.

         Te relacionaras con otros, pero no seras dependiente; amarás, pero tu amor no será una necesidad. Amarás, pero no poseerás; amaras pero no tendrás celos. Y cuando se ama sin celos, sin deseos de posesión, es algo divino. Estarás con la gente. Aún más: solo entonces puedes estar con la gente, porque eres tú.

 ……….

 

         Deberíamos ser capaces de estar solos, completamente solos, y felices. Entonces se puede amar. Entones tu amor ya no es una necesidad sino un compartir. Entonces compartirás, y compartir es algo maravilloso.

         Pero lo que suelo ocurrir en el mundo es lo siguiente: no tienes amor, la persona a la que tú crees amar tampoco tiene amor en su ser, y ambos os pedís amor mutuamente. ¡Dos mendigos mendigándose! De ahí derivan el conflicto, la lucha, la continua pelea entre los amantes, por cosas triviales, absurdas, Pero así y todo, no paran de pelearse.

La pelea se la que procede todo es que el marido piensa que no recibe lo que tiene derecho a recibir, y lo mismo ocurre con la mujer. La mujer piensa que la han engañado y otro tanto piensa el marido. ¿donde está el amor? Nadie se molesta en dar, pero todos quieren recibir. Y si lo que buscan todos es recibir, nadie lo recibe y todos se sienten perdidos, vacíos y tensos.

 ……….

 

         Te resulta difícil pensar que en este momento eres como los dioses, pero yo te pregunto: ¿qué te falta? ¿qué falla? Estás vivo, respirando, consciente ¿Qué más necesitas? En este mismo momento, sé como los dioses.

 ……….

 

         Haciendo referencia a los falsos valores, por poner un ejemplo diremos que en lugar del amor, de la confianza, hemos creado la “fidelidad”. La persona fiel solo se compromete superficialmente en el amor. Realiza todos los gestos del amor pero esos gestos no significan nada: no pone su corazón en esos gestos formales.

         Un esclavo es fiel, pero ¿crees que un esclavo, a quien han reducido en su humanidad, a quien le han arrebatado su orgullo y su dignidad, puedo amar a la persona que le ha herido tan profundamente? ¡la detesta, y si se le presenta la oportunidad, la matará! Pero seguirá siendo fiel en la superficie; no le queda más remedio. No con alegría, sino por miedo. No por amor, sino por una mente condicionada que le dice que tiene que ser fiel a su amo, como la fidelidad del perro hacia su amo.

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QUEDA PROHIBIDO

Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber qué hacer,

tener miedo a tus recuerdos.

 

Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,

abandonarlo todo por miedo,

no convertir en realidad tus sueños.

 

Queda prohibido no demostrar tu amor,

hacer que alguien pague tus deudas y tu mal humor.

 

Queda prohibido dejar a tus amigos,

no intentar comprender lo que vivisteis juntos,

llamarles solo cuando los necesitas.

 

Queda prohibido no ser tú ante la gente,

fingir ante las personas que no te importan,

hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,

olvidar a toda la gente que te quiere.

 

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,

tener miedo a la vida y a sus compromisos,

no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

 

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,

olvidar sus ojos, su risa,

todo porque vuestros caminos han dejado de abrazarse,

olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

 

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,

pensar que sus vidas valen más que la tuya,

no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

 

Queda prohibido no crear tu historia,

no tener un momento para la gente que te necesita,

no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

 

Queda prohibido no buscar tu felicidad,

no vivir tu vida con una actitud positiva,

no pensar en que podemos ser mejores.

 

Y, sobre todo, queda prohibido no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

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EL REMORDIMIENTO (JORGE LUIS BORJES)

   Para hacernos pensar un poco y para hacernos conscientes de que solo depende de nosotros evitar que este sea el poema con el que nos identifiquemos al final de nuestra vida.

   Creo que el único deber real del ser humano es ser feliz… todo lo demás es una consecuencia.

Poema El Remordimiento de Jorge Luis Borges

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

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SI ERES CAPAZ

Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu rededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser igualmente indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira,
Y si eres odiado, no devolver el odio; sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;

Si puedes soñar sin que los sueños, imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único;
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de la misma manera a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos,
O contemplar que las cosas a que diste tu vida se han deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos!Si eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta
Y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
Y nunca mas exhalar una palabra sobre la perdida sufrida!
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aun después de haber desfallecido
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: “persistid, es la orden!!”Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;
Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto,
con el valor de los sesenta segundos de la distancia final;Tuya será la tierra y cuanto ella contenga
Y -lo que vale más- serás un hombre! hijo mío!

Rudyard Kipling

 

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CARTA A LOS HEREDEROS: ANTONIO GALA

Ahí va otro regalito para disfrutar, pensar y, sobre todo, sentir.
Se trata de un fragmento del libro de Antonio Gala "Carta a los herederos"

"Hoy quiero hablar contigo a solas. Lo que tengo que decir debe ser dicho de uno en uno y en voz bastante baja. He de repetirte lo que a mí me advirtieron; lo que me advirtió un escritor en el que confiaba. Y quiero que me atiendas lo mejor posible. Aunque sólo sea porque este momento de esta hora precisa en que me lees, ni tú ni yo lo volveremos a vivir jamás; como yo no volveré a escribir para tí lo que ahora escribo, en este minuto de una primavera casi agotada, en medio de una luz que se deja caer…
Carpe Diem, ordenaba el delicado Horacio. Aprovecha el día. Disfruta de la hora. Luego, más pronto siempre de lo deseable, anochecerá. El aire mueve -lo veo a través de unos cristales- el dardo de un ciprés. Es como quien niega algo: la perduración de cualquier cosa, de cualquier ser, de cualquier sentimiento. La tarde va vencida hacia su derrota habitual. Carpe Diem…
Puede que el tiempo no exista de veras, y sea una especie de red, por nosotros inventada, en la que nos dejamos atrapar y nos morimos. Sea como sea, nos desangra y sorbe el corazón a la toronja que nos dan al nacer. "Aprovechar el tiempo", para los mayores tiene sentido de urgencia y amenaza: hay que estar siempre haciendo algo productivo. No es eso de lo que hablo. Yo te hablo de lo que se va y no vuelve; de los pecados de omisión, que son sin duda los peores, porque ni siquiera les dimos existencia. Aquello que no hicimos será lo que más nos atormente; aquello que no vivimos, nuestro mayor reproche. Tú eres todavía joven; unos años más lo continuarás siendo. El ser humano posee su juventud -o viceversa- durante un plazo que, ido, fue demasiado corto. El resto de su vida le quedará para añorarlo… Pero la juventud -oyéme bien- no depende de la edad, sino de la disposición: de la intrepidez, de la fruición, del gusto por el riesgo, de encarar con majeza el permanente reto de la vida…
Por eso yo te digo: no esperes, toma. Por esperar el momento oportuno y dejar escaparse vacíos tantos otros, se pierde la frescura del primer impulso. No te detengas: bebe en los arroyos; come frutas sin aguardar que te las sirvan. Alza la mano al árbol y tómalas; ninguna sabe mejor que la devorada por una boca ansiosa: el hambre le da el gusto a la comida. Y comparte con quienes te acompañen. Antes de comer tú, comparte: ver saciar al otro su apetito es la mejor sazón de un alimento… Pero levántate nada más terminar. No te refugies donde te invadan la inacción o el desánimo. La serenidad vendrá a su hora. No te sientes; sentado, no pretendas ni conocerte a tí mismo. No pierdas tiempo en buscarte; ya te reconocerás en la acción y en la batalla. Y cuando te encuentres, sé lo que eres. Ten el valor de serlo. Sal voluntariamente al encuentro de tu destino; abrázalo y fúndete con él. De momento -Carpe Diem- lo tuyo es la tensión. Agarra cada instante y elige cuanto te ofrezca, porque después te arrepentirás de lo que dejes, y has de sentir como si hubieses rechazado lo que ahora no elijas.
Vive el presente con la mayor intensidad de la que seas capaz. El pasado es un camino, no siempre recto, para alcanzar el hoy; el mañana, si es que te llega, será una consecuencia que ha de traer entre las manos su propio afán. El presente es tembloroso y casi nada: este instante en que me estás leyendo. (Léeme con pasión.) Se prolonga y estira hora tras hora, y todas hieren, menos la última , que mata. Resárcete de esa dura ley. No sientas remordimientos del pasado. No sientas temor por el futuro. Siente no más el gozo del presente -carnal y lúcido, inevitable e inmediato-, o el dolor del presente, enriquecedor y válido también…
Y antes de cualquier otra norma, ten ésta en cuenta: no te separes de la vida. No dejes de abrazarte a ella con fuerza: ni por cobardía, ni por pereza, ni por sensatez. (Tienes derecho a ser insensato todavía.) Abandónate a la vida, sin que la manche ninguna pasajera tristeza, ningún pesimismo, ninguna sombra tuya. Y pregúntate de vez en cuando para qué estás aquí: quizás estés sólo para averiguarlo. Si puedes, cuando puedas sé feliz. Pero, aunque no lo seas, no lo olvides: el tesoro del niño está aún próximo a tí; lo tocarás si alargas bien la mano; no lo disminuyas a tu costa… Te lo repito: no te separes nunca de la vida; por nada de este mundo te separes. Cuando alguien te lo aconseje por prudencia, desóyelo y aléjate de él. La vehemencia es enemiga de la circunspección. Y recuérdalo a cada instante: la obligación más exigible de un ser vivo -la primera- es vivir: vivir por encima de todo lo demás."

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SE DESPIDE UN GENIO: GABRIEL GARCIA MARQUEZ

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida. Desde mi punto de vista es verdaderamente conmovedor. Espero que lo disfrutes:

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida… No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.”

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